Campesinos son reclutados por cárteles en frontera sur de Chiapas

Tuxtla Gutiérrez, Chiapas.-  Los  cárteles de la droga  intensificaron el reclutamiento forzado de la población de Chiapas, como parte de sus acciones para apoderarse de  la ruta de  trasiego,  los ponen como  escudos humanos mientras  despliegan  desfiles con  vehículos armados.

El sábado 23 de septiembre, una fila de hombres y mujeres fue obligado a colocarse en dos filas en la orilla de la carretera de la comunidad conocida como Chamic, una de las puertas de entrada a la zona fronteriza entre México y Guatemala.

La mayoría con una mochila al hombro, trataba de ocultar su rostro con paliacates o cubrebocas ante la cámara que los grabó.

Sicarios con armas largasrealizaron un desfile tipo militar con camionetas adaptadas como tanquetas de guerra c, sus miembros gritaban  ¡Puro Sinaloa!, en alusión al Cartel de Sinaloa (CDS),  los ciudadanos fueron   sacados de sus casas y obligados a  vitorearlos

Fue un mensaje de guerra dirigido al cártel contrario, el Jalisco Nueva Generación (CJNG), quien desde hace poco más de cuatro años entró a la disputa por las rutas de tráfico que pasan por esta región colindante con la frontera de Guatemala.

La disputa por el territorio entre cárteles se ha ido agudizando y en esta guerra entre cárteles quedaron atrapados, solo en esta región, más de 280 mil habitantes de los municipios Frontera Comalapa, Chicomuselo, Motozintla, Siltepec, Amatenango de la Frontera, Mazapa de Madero, La Grandeza y El Porvenir.

Varias familias denunciaron a medios de comunicación que los hombres son sacados de las casas para ponerlos como barreras humanas, obligándolos a dispararles al cartel rival.

En el caso de Siltepec, como en el de Motozintla y Frontera Comalapa, las cabeceras municipales están bajo el control del CJNG, pero desde el pasado 7 de septiembre han sido cercados por integrantes del cártel contrario, y por ello intensificaron el reclutamiento forzado de la población, con la intención de que salgan a enfrentarse para romper el cerco.

Desde esa fecha nadie puede entrar ni salir de la zona. No hay abasto de gasolina, de alimentos, y en algunos lugares los grupos criminales cortaron las líneas de energía eléctrica y comunicación.

Los habitantes de estas zona señalaron  que al inicio les obligaban a pagar multas de 2 mil pesos si se negaban a participar en bloqueos carreteros para impedir el paso de los carros con hombres armados.

 Luego les ofrecieron pagarles mil pesos diarios a cada joven que de manera voluntaria se integrara; como sus filas no se engrosaban, los empezaron a sacar por la fuerza de sus viviendas.

Las autoridades estatales y federales han negado la gravedad de lo que está padeciendo la población que quedó atrapada en esta disputa entre grupos del crimen organizado, pero fueron los maestros de las Secciones 7 y 40 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) los que oficializaron esta realidad.

Unos 5 mil maestros que atienden en los municipios de las zonas sierra y fronteriza a alumnos de educación Preescolar, Primaria y Secundaria y Media Superior, suspendieron labores y salieron de la zona, no sin antes enviar oficios a las autoridades educativas.

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