Revelaciones: Tiempo de lectura


Escrito por: Margarito Escudero Luis
La gobernadora Rocío Nahle estuvo el lunes pasado en Coatzacoalcos para impulsar el programa de desarme, en una asamblea pública celebrada en el parque Independencia.
Entre muchos temas que trató la mandataria, destaca el analfabetismo que impera en la entidad y es un tema que requiere la atención de los veracruzanos.
No es posible que, a estas alturas del siglo XXI existan compatriotas que desconozcan el valor de la lectura, la importancia de conocer las letras como una forma de conectarse con el mundo.
Rocío Nahle puso el dedo en una de las llagas más dolorosas de la sociedad mexicana, la ignorancia.
La Cuarta Transformación llega con el afán de despertar el pueblo, lo logra en la medida que los ciudadanos van descubriendo poco a poco el engaño al que estábamos sometidos en una gigantesca complicidad entre funcionarios y medios de comunicación.
Ahora, una política gubernamental se enfila a atacar el problema del analfabetismo a sacar de la ignorancia a compatriotas que siguen en el sometimiento, pobreza y lejos de cualquier oportunidad.
Pero, a pesar de contar con la problemática del analfabetismo, existe otro numeroso sector de la sociedad que sabe leer y escribir, pero no lo hacen o hacen solamente lo indispensable, leer estrictamente lo necesario y no se procura enriquecer el vocabulario ni el conocimiento en general a través de la lectura.
A aquellas personas que saben leer, pero no lo hacen también se les llama “analfabetas”, pero funcionales, porque pueden realizar actividades donde se requiere un mínimo de lectura.
Seguimos en una tarea que lleva muchos años, gobiernos y siglas van y vienen y no se ha consolidado un país sin este tipo de situaciones.
Entonces se hace necesario irrumpir en la comunidad con nuevos programas, nuevas formas para promover la escritura y la lectura, acercar a las personas al mágico mundo de la literatura en un momento donde el predominio de la imagen y el video es tremendo.
Parte de nuestra cultura personal es el bagaje de conocimientos que podamos poseer, pero poder transmitir esos conocimientos para que otras personas puedan utilizarlo o disfrutarlo es una forma de transmitir la cultura.
Tenemos mucho de eso en las tradiciones de nuestra sociedad, de los pueblos originarios, en el conocimiento y experiencia de cada ciudadano, pero no sirve de mucho si se queda ahí.
Promover la lectura y la escritura es una importante tarea que debemos asumir para preservarnos en la Historia y que otras generaciones sepan que en algún momento existimos.